“Postureo” es un término que surge con la exposición de las redes sociales y refleja el deseo de compartir, una existencia llena de vivencias apasionantes o momentos para recordar, aun cuando éstos no sean reales.
Otro virus que se va extendiendo y que en muchos casos genera frustración, estrés, envidias y pérdida de foco en nuestro propósito y esencia.
Afortunadamente existe una vacuna muy probada: la autenticidad, ser uno mismo, tratando de ser fieles a nuestra personalidad esencial.
Una actitud de realismo y honestidad personal que quizás es menos “glamurosa” pero que a la larga da muchas más satisfacciones.
La autenticidad es también fundamental y hoy casi una “ventaja competitiva” en un mundo profesional donde el postureo también se ha infiltrado.
La autenticidad inteligente, mesurada, poner en valor lo mejor de cada uno de nosotros combina a la perfección con otros ingredientes clave de influencia y vida plena: humildad, empatía, vulnerabilidad, …
En un mundo donde nos cuesta ser “reales” y existe el riesgo de guiarnos por las apariencias, la autenticidad abre nuevos canales de comunicación más profundos y palancas para construir sin renunciar a la diversidad y discrepancia.
Fran Chuan es un experto internacional en innovación que ha publicado «Autenticidad«, un libro que resume bien los beneficios de esta valiosa actitud .
Coincido con él en que la falta de autenticidad es uno de los grandes problemas de las organizaciones actuales, porque perjudica la calidad de las relaciones personales, la efectividad de los equipos, el clima organizativo, el compromiso, la innovación… y, por tanto, a medio plazo impacta negativamente en los resultados.
“No podemos estimular una cultura de la innovación sin autenticidad. Y hoy —cuando el cambio es cada vez más rápido y la innovación, cada vez más deseada y necesaria—es crucial ser auténtico”, subraya Chuan.
Por el contrario, cuando las personas son auténticas transmiten autoconfianza, mejoran su autoconocimiento, se enfocan a propósito y valores y se sienten mejor consigo mismas y con los demás.
Buscan la felicidad auténtica y no un sucedáneo. Aportan valor desde su personalidad genuina, sin ocultar sus dudas y afrontando sus altibajos. Personas cuyo mejor amigo es su “yo interior”.
“Sólo si me siento valioso por ser como soy puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero”, afirma sabiamente Jorge Bucay.
Hoy vivimos en una sociedad de grandes contrastes: por un lado, es un período con oportunidades espectaculares para aflorar nuestra mejor versión. Por otra parte, surgen tendencias insanas: el postureo, la obsesión por la imagen y el éxito a corto plazo, las frases hechas, cierto buenismo y dinámicas demasiado “políticamente correctas”.
En la disyuntiva vital actual, hay un espejo que te llevará a buen puerto y nunca miente: el de la autenticidad. Un pilar sólido de tu bienestar personal que te anima a no renunciar a tu esencia, que te reta a vivir “sin filtros”.
Artículo publicado en Observatorio de Recursos Humanos el 24 de Mayo de 2022
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
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